¿Es la guerra de precios de BYD el futuro de la movilidad?El sector de los vehículos eléctricos (EV) atraviesa un periodo de intensa turbulencia, ejemplificado por el reciente descenso en el valor bursátil de la empresa china BYD Company Limited. Este descenso sigue a la estrategia agresiva de BYD de implementar amplios recortes de precios, que oscilan entre el 10% y el 34% en sus modelos eléctricos e híbridos enchufables (Euronews). Esta movida estratégica, destinada a reducir un inventario que creció en unas 150,000 unidades a principios de 2025, ha avivado temores de una guerra de precios intensificada en el competitivo mercado chino de EV. Los analistas sugieren que estos descuentos podrían impulsar las ventas a corto plazo, pero también señalan preocupaciones más profundas debido a la menor demanda de EV, el estancamiento económico en China y las tensiones comerciales entre EE. UU. y China, lo que plantea riesgos de compresión de márgenes en toda la industria.
En contraste con el enfoque de BYD en la escala de producción, la integración vertical y los precios competitivos, Tesla destaca por su búsqueda de liderazgo tecnológico, especialmente en la conducción autónoma. El compromiso de Tesla con la autonomía se refleja en su software Full Self-Driving (FSD), que ha acumulado más de 1.3 mil millones de millas recorridas (Teslarati), así como en sus inversiones en la supercomputadora "Dojo" y el desarrollo de chips de inteligencia artificial personalizados (Wikipedia). Aunque BYD también invierte en sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), incorporando el modelo de inteligencia artificial DeepSeek R1 (Drive.com.au), el proyecto Robotaxi de Tesla representa una apuesta de alto riesgo y alta recompensa por una autonomía total sin supervisión, una estrategia que, según sus defensores, podría transformar su valoración (InsideEVs; Fortune).
Las crecientes tensiones geopolíticas entre EE. UU. y China generan incertidumbre significativa para las empresas chinas con exposición a los mercados de capital estadounidenses. Aunque BYD ha evitado estratégicamente el mercado de automóviles de pasajeros en EE. UU., enfocándose en regiones como Europa y el sudeste asiático (BYD Europe), las implicaciones del enfrentamiento sino-estadounidense son inevitables. Las empresas chinas que cotizan en bolsas estadounidenses enfrentan un riguroso escrutinio regulatorio, la amenaza de exclusión bajo la Ley de Responsabilidad de Empresas Extranjeras (HFCAA) (White & Case LLP) y restricciones comerciales más amplias (US Department of Commerce). Este entorno ha llevado a advertencias severas; por ejemplo, Goldman Sachs ha planteado un "Escenario Extremo" en el que las acciones chinas cotizadas en EE. UU. podrían enfrentar una venta masiva de hasta 800 mil millones de dólares (Bloomberg), subrayando que la estabilidad geopolítica es ahora tan crucial para los resultados de inversión como los balances financieros.